jueves, 4 de diciembre de 2008


Tengo que decirte CHAU. Así como vos lo hiciste conmigo, chau seco y sin ganas. No me gusta hacerlo, juro que no. Pero es mi única opción. Creo que ya es demasiado para mi, tantos días aguantando mi malestar. Ya no, ya está. Haces lo que queres conmigo mientras yo como una idiota atrás tuyo. Te divertís, la pasas bien, sos feliz, mientras yo estoy cada vez peor y con menos ganas de todo. A veces quisiera que cambiemos de papeles, me gustaría ser vos y sentirme como lo haces, así que todo te es indiferente. Pero no, me tocó ser la mujer, la estupida mujer que se come todos los garrones, todo el mal humor, la histeria, en fin, todos los malos sentimientos y estados. Me toco ser la que se quema la cabeza pensando en vos, la que analiza cada cosa para encontrar una explicación (que por cierto nunca encuentro), la que todas las noches se acuerda patente todo lo que alguna vez me dijiste, la que te extraña. Si, la inocente que te extraña. La que piensa más en vos que en su propia vida, la que cuenta los días que no te ve y los que faltan para verte. Me toca ser la que siente dolor, la que todo le recuerda a vos. Es que soy yo la que ve tu nombre en todos lados, tus iniciales o lo que sea que se relacione con vos. Soy YO la que no puede dar vuelta la página y empezar una nueva vida, o esperar un nuevo amor, soy yo la que rechaza todas las oportunidades solo por creer que algún dia me va a llegar una verdadera con vos, la que se priva de divertirse por el idiota que hace lo que quiere. Explicame, qué es lo que hace que te quiera tanto, qué es lo que te hace tan especial. Hay algo que no puedo descubrir y es que no se como llegue a quererte de esta manera. Se llama amor, o eso me dijeron. Pero mi amor es incondicional, dar sin recibir. Se siente feo, hasta idiota en un punto. Pero a la vez me río de mi misma por ser tan ingenua. Por hacer lo que me pidas y dejar de hacer lo que me prohíbas. Es tonto y lo sé, pero no lo puedo evitar. No puedo ni intentar dejar de hacerlo, ni proponérmelo. Días hacen que no hablamos y qué poco te importa. O por lo menos eso aparentas. Tengo que esquivarte porque si te veo sé que es peor. No puedo ni divertirme ni conocer a alguien porque después me voy a sentir culpable. No puedo ni pensar en otra persona porque siento que no es lo que quiero. Nada es lo que quiero, excepto vos. Ese es el problema más grande: te quiero para mi sola, y no podes ser exclusivamente mío. Y bancarse las cosas como me las vengo bancando, no creo que algún día seas capaz de hacerlo por mí. Pero no importa, porque sé que alguien alguna vez lo va a hacer por mi. Nadie tiene ni la más mínima idea de lo mucho que me cuesta esto, estoy segura que es inimaginable. Igual es una cuestión de acostumbrarse, acostumbrarse a que cada vez que te tengan que dar una noticia sea una mala, pésima noticia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

micaaaaaaaaela te amo :)

Paula dijo...

me gusto el post!
beso.