sábado, 8 de noviembre de 2008


No, ya no, ya no hay más que hacer. Sólo esperar, ¿esperar qué? No se. Dejar pasar un poco los días para que el sentimiento disminuya y sólo quede volver a empezar. No dejarme llevar por mis impulsos, simplemente intentar disfrutar lo poco que queda. No armar mi bolso e irme, intentar soportar las cosas un poco más hasta que llegue una solución que quizás ya está, pero debo encontrarla. No abandonar el esfuerzo y seguir progresando en esto que me preocupa ascendentemente. Tolerar sólo un poco más eso que me hace temblar, irritar, cambiar mi estado. Encontrar pasatiempos o hacer algo que me distraiga para no pensar en la posición y el lugar en los que estoy que me arruinan cada vez con más potencia. Aprender algo más, una pequeña cosita que me enseñe a prestar atención. Porque todo el tiempo está pasando algo y por preocuparme por cosas mínimas, estoy dejando pasar lo más importante. Prestar atención, darle importancia a mi ignorancia. Ignorancia pura. Así podría responder tantas preguntas que empiecen con un por qué. Y escuchar y darle importancia a esa vocecita cada vez más débil que me repite por dentro: ya no mica, no, no te vayas, por favor no, volve mica, por favor, ya no,

no te vayas…


No hay comentarios: