martes, 26 de octubre de 2010


La carcasa de acero se rompió, a pesar de bancarse hasta el más fuerte golpe, esta vez se rompió. Se deshizo y me dejó así, desnuda, indefensa. Todo lo que acumulaba se incrustó aún más en mi alma, desarmándome, deshaciendome. Todas las lágrimas que esquive, ahora salen como lo hace el agua cuando llueve, como sale el humo cuando algo se quema, sin parar, sin interrumpirse por nada. No puedo evitarlo, cómo hacerlo si me caigo a pedazos... No se puede seguir así, no se debe, es inhumano. Toda la mentira, el falso bienestar hoy se rompen frente a mis ojos, y lo merezco, por haber inventado cosas que no existían, por haberme puesto la careta de siempre, la que no es la primera vez que se sale y me deja inestable, indefensa. Me debilito, empiezo a sentirme diferente, ya no quiero cosas que antes quería ni veo a las personas como antes las veía. Ya no puedo, ya no quiero...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lindo eso micaelaaaaa