viernes, 1 de octubre de 2010


Existen canciones para pensar, canciones para llorar, para recordar, para reír. Existen momentos que se dedican a estar bien con determinadas personas, que son quienes te lo garantizan. Hay lugares en los que si observas con cuidado, podes darte cuenta de un millón de cosas. Hay situaciones que te enseñan mil cosas, como hay aquellas que nunca podes terminar de entender. Hay personas que te transmiten energía positiva, que te dan ganas de sonreír hasta en los peores momentos, las que saben entenderte a pleno, y saben cuándo darte un abrazo y cuándo quedarse viendote llorar. Existen instantes de reflexión pura, en los que comenzas a comprender el mundo que te rodea. Hay momentos de preocupación, de meditación y de análisis, en los que llegas a determinar qué errores cometes constantemente y cómo hacer para evitarlos. Hay amores para vivirlos a pleno y disfrutarlos sin censura, hay amores que matan y otros que poco a poco mueren. Hay besos que sellan pactos, abrazos que comienzan o terminan una etapa, hay palabras profundas que pueden crear el sentimiento más hermoso, actitudes que crean problemas o soluciones. Hay momentos de tristeza como también los hay de felicidad. Existe un deber para cada derecho, una canción para cada momento, una muda de ropa para cada ocasión, un beso para cada instante, una atención para cada situación, una preocupación para cada persona, un lugar para cada encuentro, una flor para cada conquista, una frase para cada intento, una mirada especial para cada persona, un significado para cada nombre, un escondite para cada problema, una cura para cada herida, una cara para cada sentimiento, un perdón para cada error, un centro para cada cosa, un esfuerzo para cada proposición y una vida para cada cuál que quiera vivirla.

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